viernes, 23 de mayo de 2008

Entre reflejos

Primero.
Reclamando propiedades jamás deseadas, saboreando olores eternamente insípidos, desagradables. Palpando las paredes del cuerpo extraño, vil, repugnante, tal vez con la intención de encontrar algún rastro de placer olvidado.
Observando su cuerpo, queriendo descubrir un punto de obsesión y de amor. De ese amor que venden en las esquinas en cajitas de cartón en forma de chicle.
Sintiendo solo frío y un inmundo calor producto de la fricción ¡bendita física! Me regalas el maquillaje que aparenta un calor como el del baile que es hacer el amor.
Sigo tambaleándome, buscando un equilibrio en esta espantosa danza aun con la certeza de que no lo encontrare. Como una patética reacción natural de querer salvar lo perdido. Y desando, a pesar de todo, nunca terminar para así poder creer que nunca comencé esta horrible soledad.

Segundo.
En la profundidad del espejo logro apreciar dos siluetas rojas, a punto de fundirse en una misma; bailando al ritmo de las placenteras caricias, sin pasado, sin pretender un futuro, sin olor y sin sabor.
También puedo ver un eco, un hermoso eco de suspiros frustrados en nuestro caparazón, el mismo eco que una vez dio luz a las profecías de un futuro mejor.
Como fondo aparece un mar turbulento, de esos que no sabes si son el preámbulo de un bello día o la advertencia palpitante y amenazadora de una catástrofe.
Cuando miro hacia arriba del espejo, observo curiosa la foto del momento, el escrito de tus días pasados, la mugre de tu vida de cartón, la sangre de tus suicidios anteriores, los suicidios que te enviciaron a seguir viviendo.
Como marco aparecen miles de sombras minúsculas que no dejan ver –gracias al cielo- más allá de nosotros dos.
Algo interrumpe el reflejo, son los pasos de tus manos al recorrer el laberinto del erotismo, el que me lleva de nuevo a nuestro encuentro.
Logras desviar mi atención y desaparece todo para que otra vez, en otro día, en otro mes, dibuje con palabras lo que cada tarde pretendes vivir en mi.

Por : Alejandra Tavares Blancarte

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