lunes, 2 de junio de 2008

La Gente y Todo lo Demas

Como me cagó ver ese hombre postrado en una silla de ruedas con vendas y vendas en su pierna derecha (tan apretadas que seguramente le cortaban la circulación) pidiendo dinero. Los transexuales que casi todos los días veo en la calle primera me incomodan, no por su atuendo, sino porque siento miedo al pasar junto a ellos. Miedo de que se me escape una señal de intolerancia o una mirada escandalizada y me quieran golpear. Me gusto escuchar ese señor en el starbucks de playas diciendo: “pobrecito el que esta tirado en un sillón sin trabajar, pobrecito el que esta en una esquina pidiendo dinero, no yo”. Me repugna con quien estuve, a veces con quien estoy y otras veces me sonrío pensando con quien podría estar. Me caga que cada vez que choco con mi carro, lloro. Que cada que Antonio me dice al despedirse “pero regreso la próxima semana” ya se que no es cierto. Me caga ser tan débil, tan llorona. Me hace tan feliz poner música a todo volumen casi a medianoche entre semana para bailar con mi mama. Creo que eso es lo que mas me emociona de ser su hija, bailar con ella. Se me hace agua la boca ver comer a mis perras y no es que me guste el pollo, de hecho me asquea, pero es que mis perras comen con tanto placer que se me antoja. Ellas me dan una felicidad tan elemental como extraordinaria. Me enputa no encontrar palabras para describir las emociones o los sentimientos, me hace sentir como una tonta. Me encanta dormir pero me frustra esa inmensa angustia que a veces visita mis sueños. Me entristezco viendo a mi abuela reflejándose en el espejo de su recamara, porque si le pregunto que esta haciendo me respondería lo que ya me ha dicho: “viendo lo fea que estoy”. Me preocupa, pero me gusta que toda mi vida amigos y conocidos me hayan dicho que estoy muy chiqueada. Que se que mis papas son lo único incondicional en el mundo y que soy privilegiada por ello.

Me gusta y busco saber con quien cuento, quien de verdad es una persona valiosa. Encuentro unas divertidas incongruencias cuando Rigo es tan mundano, Jorge tan intolerante y prejuicioso y Víctor tan comprensivo y lindo. Pero aquí estamos y seguiremos estando, porque yo en lo personal me aferrare a no dejarlos ir, para seguir aprendiendo, creciendo y jugando.

Larga vida a la Teamini. Porque lo importante no es cuantos seamos, sino saber con quienes contamos.

Por: Alejandra Tavares Blancarte

No hay comentarios: